DOÑA ROSA MURILLO
Señora la
cual viene de una familia integrada por músicos, empezando por su padre, el cual fue
director de la Banda de Acosta y varios de sus familiares fueron músicos en
destacados grupos.
Ella empezó
a coser, bordar y pintar por situaciones muy difíciles y también contra su papá
que no la dejaba realizarlas, debido a que era muy celoso. Ella nos cuenta que
empezó a coser cuando se casó, ya que su esposo tenía una máquina y ella
comenzó sola a aprender.
El primer
trabajo que ella realizó en costura, fue un vestido de novia para una pareja de
Nicaragüenses, a ellos les gustó mucho así que le pagaron 5 colones, que para
ese entonces era bastante dinero. Después de realizar aquel vestido, le llamó
la atención seguir con esa labor y se puso a trabajar con su hija mayor para un
señor con mucho dinero, gracias a eso empezó a ganar dinero para lograr salir
adelante debido a que antes era muy difícil porque en las casas no había agua y
tenían que ir al río a lavar y hacer las cosas del hogar.
Cuando dio
a luz a su segundo hijo, fue en su casa lo cual se percató algo muy extraño,
era una pelota grande sin vida que palpitaba pero no duró mucho, los doctores
decían que era un parto general. El tercer parto fue en la casa igualmente,
ella lavaba mucho porque en horas de la tarde debía ir a San José a unos
exámenes médicos para el control de su embarazo y en el momento que terminó de
lavar le dieron contracciones, su esposo se tuvo que venir rápidamente y llamar
a la partera del barrio, su tercer hijo nació a las 4:00 a.m.
Después de
ahí tuvo que seguir bordando, cosiendo y pintando para ayudar a su esposo ya
que eran muy pobres y en ese tiempo no existían las ayudas económicas como
actualmente, ella de pura motivación aprendió más y más y con el tiempo
nacieron dos hijos más, los cuales tuvo en un hospital de buena manera. Ella recuerda
que el esposo la esperaba después del parto en la entrada del hospital y dice
que lo veía a lo largo bajo una fuerte lluvia, cubriéndose con una “paraguillas”
como dice ella.
Doña Rosa
menciona que tuvieron pulperías y sastrería por la difícil situación que
pasaban. Su esposo luchó mucho por el pueblo de Turrialba y en su honor una
urbanización lleva su nombre “Abel Sáenz”. Don Abel fue también uno de los
fundadores de los bomberos de Turrialba, era un líder comunitario tanto así que
entre él y su esposa ayudaron a construir el Estadio de Turrialba y en lo
religioso ambos ayudaron mucho en la religión tanto para hombres como para
mujeres, ellos duraron 57 años casados y hasta que la muerte los separe.
En semana
santa Doña Roa realizaba los trajes y pintaba cuadros para las diferentes
actividades, también pintaba las famosas negritas con las vasijas y utilizaba los
materiales de ese entonces los cuales eran muy limitados. Hizo grandes bordados
como por ejemplo para los uniformes de los bomberos donde también su esposo
trabajaba.
Ella le
llevaba los uniformes al equipo de Turrialba bien finitos y bonitos, también le
hacía los pantalones a grandes personas de Turrialba que en ese tiempo tenían
mucha fortuna. Ella menciona
que rasgaba las blusas y camisas para poder practicar e ir mejorando sus
habilidades.
Autor: Steven Quirós Solano
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